100 Colmenas de las que inhalar su aire: "Mejora el parkinson"

Nuestro dispositivo está compuesto por una mascarilla de oxígeno y un tubo que hemos fabricado para llevar su aire a los pulmones

ELMUNDO.ES

9/4/20242 min read

"A los científicos no les interesa hablar de estas cosas", comenta Eliot, el bombero forestal de 28 años que hace unos cuantos descubrió el poder de la abeja. Y creó un santuario dedicado al insecto en Talayuela, en el Parque Nacional de Gredos, en la zona del valle del Tiétar. "Compré 20 colmenas y ahora tengo ya 100". De lo que al parecer no quieren hablar los científicos es del efecto saludable que provoca la inhalación del aire de colmena en el organismo. "No ganan dinero las farmacéuticas", añade Eliot, convencido de que tiene entre manos la solución a varios de los problemas que hipotecan la vida cotidiana de la gente. "Todo lo que hay dentro de la colmena está en evaporación. La miel, el propóleo o el pan de abeja tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, antitóxicos, antitumorales. Todas las moléculas están evaporándose". Las moléculas pasan a los bronquios a través del mecanismo instalado en unas casetas de madera a las que entra el paciente, que se deja caer en un butacón. Dentro de cada una de las cinco colmenas que van rotando hay un dispositivo que succiona el aire. "El aire pasa por un tubo hecho por nosotros hasta la mascarilla. La mascarilla es normal, de oxígeno. El proceso dura unos 45 minutos. Lo ideal es hacerlo dos días a la semana".

Eliot defiende que además de remitir las afecciones, los deportistas rinden mejor al pasar por sus santuario. "El efecto mejora la capacidad pulmonar. Es una experiencia única".

El pionero en España es Samuel Ramal, de quien Eliot cogió la idea. "Lo vi por primera vez en un congreso de apiterapia hace 18 años en Alemania", cuenta Ramal. Trabajaba como carpintero. "En un accidente de tráfico, me destrocé el tobillo. Me curó el veneno de abeja. Empecé a interesarme cada vez más y me di cuenta de que son increíbles. La técnica de la inhalación del aire de colmena se utilizaba en Alemana, Austria o Eslovenia. Tienen otra cultura". Samuel Ramal ya tiene cinco instalaciones en Cataluña. "Empecé a probarlo conmigo mismo. Y el boca a boca hizo el resto".

Tanto Eliot como Ramal defienden que este tratamiento ha reducido los temblores en pacientes de párkinson. "Me encontraba fatal del EPOC [enfermedad pulmonar obstructiva crónica]. Tenía el pulmón izquierdo bajísimo de capacidad. Conocía a Samuel porque le compraba miel. Me ofreció probar el aire de colmena y, desde entonces, llevo un año y pico de tratamiento", cuenta Ramón Bellavista, uno de los usuarios. "Era casi imposible moverme. O levantar algo de peso. Al cabo de unas 15 sesiones empecé a mejorar. A subir escaleras. Me compré una bicicleta estática. Y ya respiro bien". Su capacidad pulmonar pasó del 60% al 93%. "Es como si interiormente se equilibraran las cosas".

Las abejas también le han cambiado la vida a Eliot. "Tienen más aprovechamiento que el cerdo: se aprovecha hasta el aire".

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